Película de 2007 dirigida por Antoine Fugua. Un sargento de élite decide dejar el ejército tras ser abandonado en plena misión, sintiéndose traicionado además de haber perdido a su compañero y mejor amigo. Al cabo de pocos años los servicios secretos le piden ayuda debido a su prestigio como tirador a gran distancia, pues han interceptado una comunicación interna en la que se planea matar al presidente en los próximos días. Le dan la agenda del dirigente para que analice las rutas y vea dónde será el lugar del atentado.
Buen thriller de espías que sorprende al que espera sólo una sucesión de escenas de acción porque no sólo las encuentra (y buenas) sino que además hay una interesante trama de espionaje y traiciones detrás. Se debe al guión de Jonathan Lemkin que adapta la novela de Stephen Hunter y que tiene un desarrollo adecuado de ese argumento que pronto engancha a los espectadores. Y luego Fugua pone su foco en la historia dejando que la acción esté al servicio de la misma y no sea una razón por sí sola, aunque ruede buenos momentos trepidantes. Tiene su ración de patriotismo americano, lo cual no era imprescindible aunque sí esperado. Recuerda bastante a la estupenda saga Bourne, aunque con un tinte más militar que de espionaje y el protagonista de ahora no tenga la profundidad y complejidad del encarnado por Damon. No obstante, Mark Wahlberg hace una interpretación sobria y profesional que hace que el personaje le encaje como un guante.
Muy entretenida y bien hecha, por encima de la mayoría de cintas de su tipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario