Película de 2009 dirigida por William Dear. A comienzos del verano de 1957 unos humildes niños de Monterrey, México, se animan en crear un equipo de béisbol para competir en la liga infantil americana. Todo parece que sea un sueño imposible, pues no tienen campo para entrenar, entrenador, bates, pelotas, equipaciones... Pero la determinación de hacerlo, el espíritu de equipo que tienen y la fe religiosa les hará superar todas las dificultades.
Preciosa historia basada en unos sorprendentes hechos reales que hacen emocionarse a todos los espectadores, niños y mayores. A pesar de ser predecible (al tratarse de un episodio real poco común) consigue poner todos los sentimientos a flor de piel y hacer disfrutar enormemente a toda la familia. Además de la propia historia deportiva se une al argumento un poco sobre exclusión social (racismo) y algo más sobre religión, pero de forma apropiada para todos los públicos. Alberga muchos mensajes positivos sobre motivación, confianza, respeto, solidaridad, compañerismo, etc. Tiene una buena fotografía de Bryan Greenberg, una marchosa e hispana banda sonora de Bill Conti y un reparto que funciona muy bien, en especial los niños. Parece que se dramatiza en exceso algunos aspectos que rodean la historia principal, lo cual es innecesario y empeora el resultado global aunque tampoco distrae en exceso.
Poco conocida y altamente recomendable cinta para disfrute de toda la familia.
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