Película de 2012 dirigida por Christian Vincent. Una señora que regenta un hotel rural y da clases de cocina a sus huéspedes es contratada por sorpresa, y gracias a una recomendación de un prestigioso chef, por el presidente de Francia como cocinera privada. Su presencia en las cocinas del palacio no es grata para los otros cocineros, pero ella acaba consiguiendo las felicitaciones del presidente. Poco a poco intentará poner su sello más personal a los platos para mejorarlos a pesar de las dificultades que puedan surgir.
Vincent escribe y dirige esta historia inspirada en los hechos reales de la cocinera privada del presidente francés Fracois Miterrand. Lo cuenta en forma de flashbacks desde la situación actual de la cocinera en una expedición científica en la Antártida. Esta parte es absolutamente innecesaria y no aporta nada, por lo que podía haberse centrado en la etapa como cocinera en el palacio que es lo que interesa. Es una comedia muy ligera que se ve con facilidad y que gusta, aunque tampoco tiene ningún encanto especial que la haga quedarse en nuestra retina. Las escenas en la cocina en plena acción están bien rodadas y transmiten perfectamente el atractivo de los platos. Podía haber dado para más pero tampoco el resultado es malo.
Entretenida.
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