Película de 2008 dirigida por Michael Rowitz. Un niño de 12 años vive con su madre en Alemania y echa de menos al padre que nunca conoció por morir cuando aún no había nacido, teniendo tan sólo una foto de él. Para su sorpresa lo ve en televisión hablando sobre una expedición científica que busca aclarar el misterio del lago Ness, así que decide ir hasta allí él solo para confirmar que es su padre antes de decírselo a su madre. Una vez en el lago se verá envuelto en la investigación de los extraños sucesos que íncurren en el lago.
Producto alemaá para la televisión que tiene una buena dosis de imaginación, fantasía y aventuras, pero que adolece enormemente de un mal guión y una dirección muy pobre. Es una pena porque el argumento y hasta los efectos especiales (sobre todo la criaturita) daban para mucho más, pues a pesar de esas debilidades consigue enganchar a los niños. A los mayores se les hará algo pesada por algunas escenas tontas y otras innecesarias (o muy lentas), ya que no hay humor ni acción pensado para ellos. Por lo tanto, un resultado decente para un telefilme alemán dirigido al público infantil.
Sólo para los peques de la casa.
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