Película de 2013 dirigida por Shane Black. Tony Spark está algo trastornado tras los sucesos de Nueva York con los Vengadores cuando irrumpe en la escena mundial un terrorista llamado el Mandarín. En uno de sus atentados malhiere a un amigo de Spark, lo que le hace amenazar públicamente al criminal sin sospechar del poder que tiene. Y es que tiene trabajando con él a un científico que fue rechazado por Spark cuando fue a presentarle el proyecto que ahora funciona ha puesto a disposición del terrorismo.
Tercera y vibrante entrega del superhéroe de la Marvel. Le sigue caracterizando un especial sentido del humor bastante gamberro, un gran ingenio para la ciencia y mucha inquietud para fabricar armas-robots. Hay que destacar la hábil dirección y el buen guión del propio Black y Drew Pearce que, manteniendo el nivel de acción y gracia del personaje, lo humanizan mucho e introducen en una interesante historia de intriga. No obstante, tiene algunas lagunas importantes de forma que si el espectador se cuestiona varias cosas sólo encontrara sinsentidos. El ritmo es estupendo pues la acción es continua de inicio a fin, entreteniendo en todo momento a los espectadores. Sigue siendo Iron Man aunque no lleve la armadura, prevalenciendo siempre el personaje de Spark. También ayuda el excelente reparto puesto que a los habituales Robert Downey Jr. y Gwyneth Paltrow se unen Guy Pearce, Ben Kingsley y Don Cheadle (que repite personaje). Estos cinco intérpretes encajan de maravilla con sus personajes y la elección de los malos Pearce-Kingsley es inmejorable.
Trepidante y divertida.
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