Película de 1955 dirigida por el maestro Alfred Hitchcock. En la Riviera francesa se empiezan a producir multitud de robos de joyas sin violencia ninguna que lleva a la policía a pensar que una antiguo ladrón conocido como el gato ha vuelto a operar en la zona, por lo que van a detenerlo. Éste se sabe inocente así que escapa con la intención de buscar al verdadero culpable, por lo que busca las futuras víctimas del ladrón pero que también lo hacen situarse en las escenas de los robos.
El maestro vuelve a traer otra historia del "falso culpable" con esta adaptación de la novela homónima de David F. Dodge. La trama es más simple que la mayoría que rodó, mezclando esta vez el suspense con una historia romántica y con sus habituales notas de humor (con algunos diálogos bastantes afilados y situaciones irónicas). Aunque la intriga no es tan intensa y lograda como en otras cintas, su excelente puesta en escena y su maestría hacen que sea un buen entretenimiento. Las localizaciones son excelentes y nos deja alguna escenas estupendas (y alguna premonición trágica 26 años antes, en el mismo sitio y misma causa). Casualmente es la tercera colaboración del director con su pareja protagonista, la última con Grace Kelly y la penúltima con el gran Cary Grant. Destacan la espléndida fotografía de Robert Burks que le saca buen provecho a las bonitas localizaciones y el vestuario de Edith Head que la bella protagonista luce con elegancia.
Sofisticada y entretenida.
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