Partiendo de una de las tramas más interesantes de esta saga, el director Roy William Neill (el de la mayoría de ellas) consigue una intrigante atmósfera en la que destacan la fotografía, la dirección artística y las interpretaciones. Basil Rathbone y Nigel Bruce mantienen la estupenda línea de las anteriores películas y les acompañan buenos secundarios.
El interesante argumento y la buena calidad con que está realizada hacen que sólo lamentemos la escasa duración que tiene (una hora y seis minutos).
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