El guión de Edwin Justus Mayer es soberbio, inteligente, mordaz y hace una demoledora parodia antinazi. Va girando las situaciones, retorciendo cada vez más el enredo de manera que los actores tienen que asumir mayores riesgos de los pensados inicialmente. Hay escenas y diálogos desternillantes, sorprendiéndonos el ingenio que tienen que poner los protagonistas para salir airosos de las situaciones en que se ven envueltos. La dirección es sobresaliente, Lubitsch siempre va más allá de los simples gags para exprimir cada momento, y le da a los personajes una sensibilidad increíble. Los actores están maravillosos, empezando por un espléndido y polifacético Jack Benny, y siguiendo con los magníficos Carole Lombard, Jack Stack, Sig Ruman, etc. Y cobra más mérito y valentía si tenemos en cuenta que se hizo en mitad de la Segunda Guerra Mundial.
Una de las mejores comedias de todos los tiempos. Redonda en todos los aspectos.
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