Película redonda en todos los aspectos. Bajo la apariencia de una trama cómica, romántica y de aventuras, se esconde una carga de profundidad contra la inacción de los gobiernos occidentales frente al avance del nazismo, muy especialmente los EE.UU. El genial guión es de Charles Brackett y Billy Wilder, con unas escenas y diálogos de un ingenio y brillantez admirables. Deja numerosas escenas para el recuerdo, alguna de ellas con un sarcástico contenido sexual (sugerente) absolutamente escandaloso para la época. La pareja protagonista, Ray Milland y Claudette Colbert, es maravillosa, con mucha química entre ellos y ambos con dotes innatas para la comedia. Cuenta con una bella banda sonora de Victor Young y la clásica estupenda fotografía de Charles Lang. Leisen cuida todo detalle de la realización, con una esmerada ambientación y haciendo que cada toma rebose sensibilidad. Algunos de los hechos que se recogen fueron rodados casi a tiempo real, teniendo que adaptar el guión a lo que estaba sucediendo.
De obligada visión. La disfrutaremos por su historia, su gracia, sus aventuras, su atrevimiento y la crítica que subyace.
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