Espléndida película de 1945 dirigida por Michael Curtiz. Se acaba de cometer un asesinato y la policía lleva a los principales sospechosos a la comisaría. Entre ellos está la esposa del cadáver, Mildred, quien contará su vida desde que se inició su relación con él para aclarar la situación que tenían como pareja. Con toda la información, el detective descubre al asesino.Curtiz demuestra su buen hacer con esta mezcla de cine negro (puro en su inicio y final) y drama (en su desarrollo). Basándose en la novela de James M. Cain, Ranald MacDougall y Catherine Turney elaboran un estupendo guión al servicio de las mujeres que intervienen. Utilizan un aparente formato de cine negro para desarrollar un drama familiar, en el que sólo falla su previsibilidad (el uso de flashbacks ayuda a predecir algún hecho significativo). El protagonismo recae en Joan Crawford, en un papel que le va estupendamente (mezcla de víctima y verdugo) y en el que se luce. Está rodeada de buenos secundarios entre los que destaca la fría y hasta cruel hija de Mildred, una soberbia Ann Blyth. Cuenta con una buena dirección de fotografía (Ernest Haller) y banda sonora (Max Steiner).
Buen drama con aspectos de cine negro, de calidad y entretenida.
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