Maravilloso debut de Stephen Daldry en el cine en el año 2000 de la mano del equipo de Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill. Es un drama con golpes cómicos para que no se haga tan duro, aunque muchos lo califican de comedia con un escenario dramático. Nos cuenta la historia de un niño de familia muy humilde residente en una zona minera en el Reino Unido a primeros de los 80, cuando los sindicatos estaban en plena guerra con el gobierno de Margaret Thatcher. Aunque la tradición marca practicar boxeo, él decide colgar los guantes para aprender ballet. Billy tiene el baile y la música muy dentro de sí, queriendo expresar con ellos lo que siente. Pero claro, casi nadie entiende esta inclinación.
Es emotiva, divertida y conmovedora. Desde luego que no nos deja indiferentes. Con un trasfondo social durísimo, Billy nos engancha en su pasión por el baile. Su director, Daldry, maneja la batuta con maestría proporcionando un ritmo espléndido y consiguiendo que el drama que vive el protagonista quede suavizado con la música y las situaciones cómicas. Cuenta con unas interpretaciones magníficas, sobresaliendo niño encarnado por Jamie Bell y la profesora de baile, Julie Walters. La música está muy bien elegida, pudiendo disfrutar de grandes canciones a lo largo de la cinta. Y, por último, destacaría la coreografía ya que nos transmite la pasión, la rabia y toda la intensidad de sentimientos por los que va pasando Billy.
Nos hará pasar un buen rato, emocionándonos con momentos de risa y otros muy conmovedores.
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