Desde la primera escena el director, un gran Guy Ritchie, nos mete en la acción con la culminación de un caso extraordinario. Y el ritmo escasamente baja durante las dos horas de metraje. Disfrutamos de una magnífica recreación del Londres de finales del XIX, usando sabiamente los efectos especiales para meternos en la época victoriana y ver, entre otras cosas, la construcción del Tower Bridge. Es sencillamente espectacular la dirección artística, con una ambientación que nos cautiva desde el inicio. Robert Downey Jr. está soberbio encarnando al detective, y Jude Law también realiza una buena interpretación del doctor Watson (afortunadamente, éste no es tan cortito como en otras adaptaciones), habiendo buena química entre ellos. También destaca Eddie Marsan en el papel del ingenuo inspector Lestrade. Además de estos actores, también hay que señalar que la banda sonora acompaña adecuadamente ese universo creado por Ritchie y la acción que tan brillantemente se va desarrollando. Al guión le falta algo de profundidad en relación a algunos personajes, pero se basa en una intrigante y espectacular trama, y también incluye varios comentarios cómicos que acentúan la arrogancia e ingenio de Holmes.
En definitiva, una buena película de acción e intriga que nos entretiene tanto por la historia como por la estética y ritmo utilizados.
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