Harry Potter y el prisionero de Azkaban

Tercera entrega de la saga de Harry Potter realizada en 2004. Tras las dos primeras dirigidas por Chris Columbus, Alfonso Cuarón se hizo cargo del proyecto dándole un giro a las aventuras del niño mago para alejarse del tono infantil de las anteriores. La fotografía es más oscura y aparecen personajes más tenebrosos que en las entregas previas. Narra las aventuras del niño que estudia en el colegio de magia y hechizería Hogwarts, con sus amigos y sus enemigos. Se trata de una película muy bien hecha, con buenos efectos especiales y banda sonora, con excelentes actores de reparto (a los habituales Maggie Smith y Alan Rickman se suman en esta ocasión Emma Thompson y un brillante Gary Oldman, entre otros), y una buena dirección. Es entretenida y más emocionante que las anteriores, con golpes de humor e intriga, y recreando ese mundo mágico con una gran estética visual. Definitivamente supone el alejamiento de Harry del mundo infantil para ir adentrándose en la adolescencia, donde va viviendo experiencias cada vez más extremas.