Una de las últimas películas que dirigió el gran Leisen volviendo al terreno del suspense (terreno que demostró dominar con la espléndida Mentira latente) aunque con poco acierto. El guión de Jo Eisinger tiene una buena presentación, un nudo demasiado superficial que no consigue crear el misterio que podía con esta trama y un fallido final. Leisen le da su sello de elegancia cuidando la realización, además de brindarnos algunas panorámicas por París muy bellas. El ritmo no está mal pero el interés va decayendo cuando el espectador percibe que el argumento no profundiza más en el misterio y sólo le queda alguna duda que despejar. La impresión es que hay una importante influencia de Hitchcock en toda la cinta, pero queda muy lejos de la calidad y suspense que éste conseguía. El protagonista masculino tampoco ayuda a crear la atmósfera apropiada, pues Steve Forrest parece de cera o madera en sus escenas, absolutamente sin intensidad ni matices. Por otro lado, Anne Baxter sale airosa del papel pero sin lucirse (es poco creíble que tenga la edad que dice su personaje ya que en realidad casi lo doblaba). Mejor están los secundarios con trabajos mucho más verosímiles.
Poco lograda cinta de suspense.
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