Aunque todos hayamos oído hablar de Zola, son pocos los que conocen los diversos avatares por los que pasó el escritor y cómo se embarcó en proyectos como el caso Dreyfuss que le suponían mucho riesgo con el solo objetivo de defender la verdad. Dieterle realiza un retrato entretenido y bastante idealista de este hombre que hace que el espectador disfrute un rato a la vez que recibe una lección moral. El guión de Raine, Herald y Herczeg es excelente, fluye muy bien a pesar de cubrir un período amplio de la vida del autor y tiene algunos diálogos inolvidables. Y, afortunadamente, cuenta con actores que le dan vigor y autenticidad a esos diálogos, como el alegato en el juicio u otros momentos, en los que un genial Paul Muni deja asombrados a todos. El actor hace un trabajo soberbio interpretando durante la mayor parte de la película a un hombre de avanzada edad cuando él rondaba los 40 (sorprende que unos años antes fuera nada más y nada menos que Scarface). Le acompañan estupendos actores como Donald Crisp, Joseph Schildkraut y Henry O´Neill.
Buena película que repasa la vida de este escritor y luchador de la verdad.
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