Comedia de 1995 dirigida por Woody Allen. Una pareja decide adoptar un bebé y, conforme crece, se va sorprendiendo de su inteligencia. El padre empieza a obsesionarse con la idea de conocer a los padres biológicos mientras ve que su esposa es deseada por un inversor que le podría ayudar a abrir su propia galería de arte. Consigue conocer a la madre y mientras se acerca a ella se va distanciando de su mujer.
Allen cuenta una historia cómica y tierna introduciendo cortes de una obra mitológica griega, lo cual es sorprendente pero que va teniendo su gracia cuando mezcla ambos personajes y tramas. Recurre a dos de sus temas preferidos, el sexo y la relaciones de pareja, que domina a la perfección. La trama es bonita, casi un cuento, y el humor que tiene es ingenioso y afilado, aunque a veces recurre a cuestiones más ordinarias sobre el sexo. Allen también protagoniza la cinta, con un papel en el que lo hemos visto numerosas veces y que borda. Por la parte femenina tenemos a dos estupendas actrices, pero es Mira Sorvino quien se lleva todos los laureles con su magnífica interpretación. Helena Bonham Carter está bien pero con un papel que se presta menos al lucimiento, y le acompañan otros secundarios de lujo como F. Murray Abraham, Jack Warden, Olympia Dukakis, James Woods, Paul Giamatti, etc. Nos hace pasar un buen rato, con algunas escenas bastante divertidas, pero que no llega al nivel de las mejores obras del genio neoyorquino.
Simpática compedia de Woody Allen.
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