sábado, 1 de octubre de 2011

Cautivos del mal

Obra maestra de Vincente Minnelli de 1952. Un antiguo productor de cine llama a tres estrellas con las que trabajó en el pasado: un director, un guionista y una actriz. Ninguno escucha lo que quiere proponerles, por lo que recurre a otro productor con el que colaboró para que intermedie. Éste les llama y repasa las relaciones que tuvieron los tres con esta persona para recordarles que, aunque tienen motivos para mantener un gran rencor, también les ayudó a lanzar sus exitosas carreras.

Una de las obras cumbres de este genio del séptimo arte y considerada como de las mejores de la Historia. Parte de un excelente guión de Charles Schnee, con unos personajes de gran fuerza (el protagonista es mítico) y unos diálogos excepcionales. Minnelli imprime una gran elegancia, un ritmo impecable y un carácter único a los personajes. Capta al espectador desde el inicio y lo mantiene atrapado durante todo el metraje. Otro de los puntales es la fotografía de Robert Surtees, quien juega con las sombras como pocos lo han hecho, y le da una textura especial consiguiendo resaltar las diferentes personalidades de los protagonistas. Y la última pieza clave es el reparto, encabezado por (posiblemente) el mejor Kirk Douglas que podamos recordar. Encarna a la perfección toda la pasión que siente su personaje, la transmite y hasta contagia. Consigue ensombrecer a todos los que le rodean y ello a pesar de contar con un reparto de lujo: Lana Turner, Walter Pidgeon, Gloria Grahame, Dick Powell, Leo G. Carroll, etc. También destaca la espléndida dirección artística y el vestuario.

Imprescindible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario