jueves, 20 de octubre de 2011

La tienda de los horrores

Comedia de 1960 dirigida por Roger Corman. En una pequeña floristería el torpe empleado que el dueño está a punto de despedir crea una planta llamativa y novedosa. Va creciendo como a golpes para sorpresa de todos y llama tanto la atención que lo nominan para un conocido premio botánico. Pero sólo su creador conoce, por casualidad, el terrible secreto de tal crecimiento.
Con el tiempo esta cinta ha llegado a ser una película de culto aunque es difícil saber el motivo. Es una parodia de las películas de terror que es narrada por el policía que descubre los hechos. Es muy modesta y contó con pocos medios, sólo un puñado de actores y mucha imaginación. La historia es absurda pero la forma de contarla y alguna que otra ingeniosa escena nos hará sonreir. Sobran algunos aspectos teóricamente cómicos como tropiezos, caídas y otras torpezas, ya que sólo la hacen parecer más tonta de lo que es. En general, tiene cierto encanto y gracia, también el interés de haber cautivado a muchos espectadores, pero no más. Sí que llama la atención la corta escena en el dentista coprotagonizada por un jovencísimo Jack Nicholson en una de sus primeras apariciones en la pantalla.
Curiosa y simpática.

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