Película de 1935 dirigida por el maestro Alfred Hitchcock. Un canadiense de visita en Londres conoce a una misteriosa chica a la salida de un espectáculo de variedades. Le pide llevarle a su casa y le cuenta que es una espía que ha sido descubierta y le intentan matar. Le explica que un criminal intenta sacar importantes secretos militares del país y que debe ir a Escocia para recabar más información, mostrándole un mapa de la localización. A la mañana siguiente la chica aparece asesinada y se da cuenta que está comprometido, así que decide ir a Escocia para intentar aclarar lo sucedido y tratar de impedir la evasión de secretos.
Una de las mejoras obras del maestro en su etapa británica, adaptación de la estupenda novela homónima de John Buchan sobre uno de sus temas preferidos: el falso culpable. Hitchcock empieza a dar muestra de su habilidad dando ritmo y controlando los tiempos de la intriga, pues casi desde el inicio comienzan las aventuras y no acaban hasta el desenlace, manteniendo el suspense en todo momento. Contiene escenas brillantes gracias a los ingeniosos diálogos, a la genial dirección y las estupendas interpretaciones. Hitchcock juega con las sombras, las miradas, los silencios...de forma maravillosa, y vuelve a introducir escenas de contenido erótico para la época. El protagonista absoluto es un espléndido Robert Donat, quien domina bien el lado sarcástico de la obra así como las aventuras que vive. Le acompaña Madeleine Carroll en el papel de la típica rubia de este director.
Apasionante obra de intriga.
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