Película de 1962 dirigida por Terence Young. El servicio secreto británico manda a su mejor agente, James Bond, a Jamaica a investigar la desaparición del agente allí destacado y su secretaria. Temen que los hayan liquidado y quieren averiguar qué habían descubierto para merecer tal fin. Desde su aterrizaje en la isla Bond es perseguido para obstaculizar su investigación, descubriendo además que no es el único agente secreto en la zona.
El espía más famoso y prolífico del cine fue creado en 1953 por el novelista Ian Fleming y llevado a la gran pantalla por primera vez con esta cinta. A pesar de no ser un gran éxito de taquilla fijó en buena medida los cánones no sólo de la saga sino también en buena medida del género: las chicas, los coches, la elegancia, los inventos ingeniosos, etc. Es de las más aclamadas por el público y la crítica de entre la serie, aunque algunas situaciones hayan quedado algo anticuadas y puedan parecer hoy día casi una parodia. La parte más floja es el desenlace pues es tan simple como inverosímil (además de verse las vergüenzas a la dirección artística), recordando a las resoluciones de los casos de Scooby-Doo. Tiene una buena trama de investigación, apenas "gadgets" sacados de la manga para la ocasión y unas interpretaciones bastante sólidas. En este aspecto destaca el mejor Bond (el que lo creó y, parece, que más se asemeja a lo que Fleming describió), un seguro Sean Connery al que le hubiese venido mejor algo más de acción gracias a la forma física que tiene y no se llega a aprovechar; al igual que la mejor "chica Bond" según los aficionados, Ursula Andress, cuya conocida imagen en la playa ha sido uno de los iconos de la saga. Otra huella imborrable que deja esta primera entrega es la fantástica melodía de Bond, obra de Monty Norman, y que acompaña sin falta a este héroe desde entonces.
Entretenida cinta de espionaje y pionera de la segunda franquicia más rentable del cine.
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