domingo, 10 de marzo de 2013

Un buen año


Película de 2006 dirigida por Ridley Scott. Un exitoso broker londinense sin ningún tipo de escrúpulos ni sentimientos, recibe la comunicación del fallecimiento de su tío que residía en una mansión rodeada de viñas en Francia. Le produce cierta nostalgia porque en su infancia pasó un verano inolvidable allí, pero ya llevaba varios años sin ningún contacto. Decide acercarse a la propiedad para asumirla y buscar un comprador lo antes posible. Pero surgen muchas circunstancias que hacen que no resulte fácil: se siente atraído por una joven vecina, aparece una supuesta hija ilegítima de su tío que podría reclamar la finca, le vienen demasiados recuerdos,...
Scott realiza una comedia romántica agradable pero sin aportar nada especial que no hayamos visto ya anteriormente; de hecho, se trata de una versión masculina de Bajo el sol de la Toscana. Es absolutamente predecible, contiene los típicos clichés del género, pero aún así es simpática y tiene momentos graciosos. Por ello, el guión de Marc Klein adaptando el libro de Peter Mayle es bastante simplón, sin pretender complicarse la vida con algo original y buscando repetir fórmulas ya usadas para que la historia funcione. La localización es preciosa, pareciendo uno de los motivos específicos para hacer la cinta. En la versión doblada se sufre con los acentos que le ponen a los "extranjeros" para entenderlos, ya sean indios o franceses. Entre el reparto destaca la presencia de Albert Finney aunque tiene pocos minutos, pues el protagonista Russell Crowe resulta limitado para este tipo de papeles y el resto cumple básicamente con su misión, como la omnipresente en este tipo de roles Marion Cotillard cuando se precisa a una chica que no sea angloparlante.
Simpática aunque poco original y predecible.

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