Película de 2010 dirigida por Chris Sanders y Dean DeBlois. En una pequeña isla costera vive un pueblo vikingo que tiene como principal peculiaridad el tener que enfrentarse con frecuencia a varios tipos de dragones. El hijo del jefe es conocido por su ineptitud, pero él siempre está soñando con ir a la escuela de cazar dragones con otros niños para convertirse en un gran cazador. Con un invento suyo consigue darle a un dragón de una especie nocturna que nunca antes nadie había podido ni ver aunque supieran de su existencia. Nadie le cree, así que decide buscar el rastro para demostrar que lo ha cazado, pero finalmente se encuentra que no lo ha matado sino que ha quedado atrapado.
Adaptación del libro de Cressida Cowell sobre las aventuras de un pueblo vikingo que se enfrenta a todo tipo de salvajes dragones y que un niño quiere cambiar la imagen y hasta relación que tienen con ellos. Es una producción de Dreamworks que gusta a toda la familia, haciendo las delicias de los niños gracias a las aventuras infantiles con los míticos dragones. Es divertida y emocionante, sensible y estupendamente realizada, sacando provecho como pocas al 3D. La historia contiene algunos tópicos que la hacen algo previsible (a lo cual no ayuda el haber visto trailers o imágenes), pero los personajes son originales y muy simpáticos, y la relación que centra la trama es muy bonita. No llega a la altura de algunas de las obras de Pixar o la propia Shrek (no por la falta de calidad de esta cinta, sino por la altura de aquéllas), pero es de las mejores de esta productora y mejor que la mayoría de las que se estrenan anualmente.
Espléndido y divertido entretenimiento familiar.
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