Se trata de la adaptación a la gran pantalla de la obra de teatro The lovers de Leslie Stevens, con un pobre guión de John Collier y Millard Kaufman. Le falta naturalidad y, en ocasiones, hasta fluidez en su desarrollo, especialmente en la primera mitad. Una vez pasada la primera hora el ritmo sube con el asedio al castillo y la tensión entre los dos hermanos, pero manteniendo ese halo "falso" o artificial que es general en toda la cinta. A la historia de amor le falta más sentido y menos arrebatos, es decir, algo más de tiempo para transmitir y entender lo que se genera entre ambos. Entre las interpretaciones encontramos los extremos en un buen trabajo de Richard Boone y otro poco expresivo de Charlton Heston (hay escenas que parece de cera).
Trama interesante pero con una realización irregular y poco creíble.
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