Sólo una película, ésta, necesitó Tarantino para hacerse un hueco en la industria del cine y que muchos lo consideraran como un director de culto. Se trata de una película poco convencional, pues no se centra tanto en el atraco como en la relación entre los criminales, y no utiliza un desarrollo lineal de la trama (cronológicamente hablando), sino que va mezclando la acción actual con acontecimientos pasados, para presentar a cada uno de los miembros. Una de las piezas clave es su guión, del propio Tarantino, muy calculado para que los fragmentos que vamos viendo vayan encajando en el puzzle y no desmotiven al espectador. Además, está lleno de diálogos apasionantes y apasionados, aunque cargados de palabras malsonantes. Otra clave es el grupo de actores que participan, de la talla de Harvey Keitel, Tim Roth, Steve Buscemi, Chris Penn, Lawrence Tierney, Michael Madsen... Y el último pilar es la colección de piezas musicales conocidas pero repescadas y ensalzadas con algunas escenas creadas para tal fin. Debido a alguna escena violenta y por el propio lenguaje que utiliza, no es apta para corazones sensibles.
Impactante y original, muy interesante.
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