jueves, 7 de abril de 2011

Misión de audaces

Estupenda cinta bélica/western sobre un capítulo de la Guerra de Secesión dirigida por el maestro John Ford en 1959. El ejército yanki manda a un duro coronel con su brigada a destruir una estación de aprovisionamiento confederado en plena zona sudista. Y si no pareciera ya suficientemente complicada la misión, se le impone llevar a un médico con el que no termina de congeniar. Desde el momento en que se adentran en territorio enemigo, las complicaciones sólo crecen.
Ford coge una misión "imposible", pone al frente al Duque, lo enmarca en la Guerra Civil americana y el resultado es una estupenda película a medio camino entre una del oeste y una bélica. Se trata de un episodio real que utiliza para volver a homenajear a la caballería del ejército, aunque en esta ocasión lanzando un mensaje antibelicista. Por un lado muestra el lado heroico de los soldados, pero por otro enseña el dolor, la muerte y el sinsentido de la guerra, desmitificando otras visiones muy generalizadas. Ford demuestra sus dotes tras la cámara y, apoyándose en un buen guión, nos presenta varios personajes fascinantes que coinciden por la maldición de la Guerra. Tiene algunos toques de humor, siendo especialmente ingenioso el de la cena en casa de la sudista. También destaca el duelo interpretativo entre el genial John Wayne y el espléndido William Holden, ambos maravillosos. Es una película muy completa y variada, alternando espectaculares escenas de acción con otras donde se desarrollan más los personajes y nos lanza su mensaje.

Magnífica película del maestro del género.

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