Gilliam nos trae una historia apocalíptica con viajes en el tiempo y mezclando realidad con locura. Empieza dándonos piezas de un puzzle que no podemos encajar enseguida pero que poco a poco van colocándose para ir teniendo la imagen final. El suspense que crea es reforzado con el estilo narrativo que utiliza, pasando de presente a futuro y usando también un sueño recurrente. Por ello el guión de David y Janet Peoples es clave para mantener cierta consistencia, al igual que el montaje. Engancha al espectador con esa intriga "in crescendo", aunque en algún momento se excede con las escenas de locura. Tiene un buen reparto, encabezado por un contenido y serio Bruce Willis, un exagerado Brad Pitt (que sobreactúa en la mayoría de las escenas en las que participa), una solvente Madeleine Stowe y el estupendo Christopher Plummer.
Entretenida y original, bien realizada.
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