Espléndida comedia costumbrista de 2003 dirigida por Jean-Francois Pouliot. Los habitantes de un pequeño pueblo pesquero se encuentran viviendo de los subsidios estatales cuando ven la posibilidad de que una fábrica se instale allí. Les devuelve la ilusión de poder ganarse la vida con su trabajo, pero incumplen una de las condiciones para que la empresa decida ubicar su planta en el pueblo: que tengan un médico. Así que se lanzan a la búsqueda de un doctor y sólo consiguen uno para un mes, por lo que inician una gran misión de seducción para que se enamore del pueblo y decida firmar un contrato por 5 años.Esta producción canadiense sorprende por su frescura, encanto y gracia. Aunque con un arranque algo irregular, cuando ya han presentado a los personajes y la situación nos encontramos una deliciosa comedia. Pouliot consiguió un buen debut gracias a una original historia, una buena localización y unos personajes muy simpáticos. El guión de Ken Scott tiene la virtud de crear una aventura cómica partiendo de una situación dramática, contando para ello con peculiares personajes y mucha imaginación. El reparto es muy compacto y encarnan bien a los habitantes del pequeño pueblo que se juega su futuro. Muy entretenida.
Muy recomendable.
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