domingo, 19 de enero de 2014

Birgada 21


Película de 1951 dirigida por el maestro William Wyler. Un detective detiene a un delicuente y lo lleva a su comisaría. Allí tiene que resolver varios conflictos pues coinciden testigos y sospechosos de varios de sus casos, alguno de ellos con implicaciones muy personales. El policía se muestra duro e implacable con los criminales, llegando a ser hasta violento, lo que pretende utilizar el abogado de uno de los sospechosos para deshacerse de él. Hasta su propio superior duda sobre si la motivación principal de su agente es personal o profesional en ese caso.
Adaptación de la obra de teatro de Sidney Kingsley sobre los tormentos personales de un moralista y temperamental detective que ve cómo todos sus demonios se le aparecen en la propia comisaría. La historia tiene fuerza e interés, está llevada con elegancia por Wyler, pero es demasiado teatral y algunos personajes están tan exagerados que parecen caricaturas. Esto le quita buena parte del realismo al drama y  diluye el magnetismo que tiene el argumento. Tampoco contribuye el mal doblaje, por lo que es especialmente recomendable verla en versión original. Aún así es una buena cinta de un gran director y con un reparto de altura donde brillan Kirk Douglas y Eleanor Parker, y bien acompañados por William Bendix, Cathy O´Donnell, Lee Grant y otros.
Intenso drama.

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