Película de 2010 dirigida por Oliver Stone. Tras dos décadas entre rejas por los delitos financieros cometidos, Gordon Gekko intenta recuperar su vida. Se encuentra que su hija no le quiere ni ver pero resulta que su yerno está también en el mundo del mercado de valores y quiere acercarse a él. De esta manera planea un plan para cumplir sus deseos, aprovechando que el joven quiere ayuda para vengarse de otro tiburón de las finanzas que acabó con su mentor.
Stone realiza la secuela de la famosa película del 87 en la que denunciaba el funcionamiento de las finanzas en los mercados mundiales, liderados por EE.UU., y que tuvo un sonado impacto. En esta ocasión vuelve a poner de relieve la falta de ética y transparencia de los mercados pero de una forma menos efectiva que otras cintas de estos últimos años, especialmente tras el hundimiento de 2008. Por ello se ve algo fallida, al menos, al compararla a otras de esos mismos años, pues no consigue mostrar una trama tan clara ni tan efectiva para su denuncia. Lo mejor es la presencia de Michael Douglas en el mismo papel que le dio tanto reconocimiento.
Fallida aunque entretiene.
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