Película de 1989 dirigida por Costa-Gavras. Un anciano emigrante húngaro recibe una notificación del servicio de inmigración de los EE.UU. para retirarle la nacionalidad y mandarle de vuelta a Hungría por unas graves acusaciones. Hay pruebas que le identifican como un frío asesino nazi aunque lo niega todo y ha aparentado una gran normalidad durante su vida en Norteamérica. Precisamente su hija, una abogada criminalista, liderará su defensa.
Otra muestra más del cine denuncia de Costa-Gavras que en esta ocasión lleva a la gran pantalla una historia que conmovió a los EE.UU. y a parte del mundo con la historia de un hombre de vida absolutamente normal durante varias décadas en el país y, de repente, es acusado de haber sido un frío y despiadada animal nazi durante la II Guerra Mundial. El guión es de Joe Eszterhas y se centra completamente en el proceso judicial, llevando al espectador por el mismo camino que sigue la hija del acusado y abogada defensora encontrando argumentos a favor y en contra del mismo. Está bien desarrollado y es muy hábil presentando los hechos para que el espectador no se pierda entre nombres ni situaciones complicadas. Tiene un buen reparto con una sólida pareja protagonista, Jessica Lange y Armin Mueller-Stahl. Es una película dura en su contenido pero el director evita mostrar imágenes sobre las acusaciones e incluso las descripciones de los testigos son muy concisas, evitando cebarse con las tragedias.
Buena.
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