lunes, 6 de septiembre de 2010

El invisible Harvey

Agradable comedia de 1950 dirigida por Henry Koster sobre un hombre que tiene como amigo imaginario un conejo blanco de más de 2 metros de altura. Él es extremadamente amable, positivo, cariñoso y siempre intenta ayudar a los demás. Es, por lo tanto, un modelo a seguir si no fuera por esa alucinación continua que tiene. Su hermana está tan preocupada que decide internarlo en un sanatorio con el fín de curarlo, pero surgen complicaciones inesperadas.
Está basada en la obra de teatro que ganó un premio Pulitzer y que adaptó la misma autora, Mary Chase, para la gran pantalla. Con el argumento anterior no son pocas las situaciones cómicas que se producen, haciendo pasar un buen rato al espectador. El guión es muy bueno, definiendo estupendamente a los personajes y con unos diálogos excelentes, dejándonos algunas frases para el recuerdo (como la de que eligió ser amable a ser inteligente). Además, la bondad del protagonista hace que se gane la simpatía de todos. James Stewart hace una gran interpretación y consigue que este personaje sea de los más entrañables que hayamos visto en la gran pantalla. Es el amigo que todo querríamos tener. También cuenta con una gran actuación de Josephine Hull como la querida hermana. Por último, decir que tiene una bella fotografía de la mano de William Daniels.
Encantadora película con una pequeña moraleja final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario