sábado, 12 de febrero de 2011

Sin pistas

Aventura en clave de parodia del famoso detective creado por Sir Arthur Conan Doyle dirigida por Tom Eberhardt en 1988. Se han producido dos importantes robos en Londres, uno ha sido abortado gracias a la intervención de Sherlock Holmes, y el otro que puede comprometer el futuro económico del imperio británico. Tras producirse este segundo, el Ministro del Tesoro acude con el inspector jefe Lestrade a Baker Street para pedir la colaboración del sagaz detective. Pero el funcionamiento de la pareja Holmes-Watson está a punto de romperse y dar a conocer el enorme secreto que esconde.
Ya en la portada nos revela la sorpresa que esconde esta versión: "Conozca al detective más frande del mundo y su incompetente socio: Sherlock Holmes". Por lo tanto, Eberhardt quiere no sólo contar otra increíble historia de sagaces deducciones para atrapar a los más criminales más inteligentes, sino que remueve los cimientos puestos por Conan Doyle para hacernos reir (tal vez para compensar tantos años y versiones tan injustas con el doctor Watson, como las protagonizadas por Basil Rathbone y Nigel Bruce). El cambio de roles nos brindará diálogos y situaciones realmente cómicas, además de parodiar muchos de los tópicos sobre el personaje. En todo ello hay muestras del fino humor británico, pero también otras bromas más ramplantes. El resultado es un interesante caso que pierde intriga al introducir la parodia pero que nos hará reir en bastantes ocasiones. Michael Caine y Ben Kingsley están bien en sus respectivos papeles, con el añadido de que el espectador no se los espera en este tipo de películas. Por último, destacar la bonita banda sonora del gran Henry Mancini.
Simpática parodia de los casos del famoso detective.

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