martes, 5 de julio de 2011

El mundo está loco, loco, loco

Loca comedia de 1963 dirigida por Stanley Kramer. Varios vehículos son testigos de un grave accidente y acuden a socorrer al conductor. Cuando llegan a él encuentran que está moribundo y les confiesa que hay un enorme botín enterrado en un parque de una localidad cercana. Las 8 personas empiezan recelando de la información y, tras un fallido intento de acuerdo, se lanzan a una alocada carrera por llegar primeros al destino que les puede hacer ricos.
Estupenda comedia de Kramer que recuerda mucho a algunos clásicos dibujos animados por su estructura, humor visual y los gags. Se puede decir que todo está a un gran nivel: el guión, el reparto, la dirección, la música, la fotografía, etc. El guión de William y Tania Rose es magnífico: la presentación, el nudo (inolvidable la carrera) y el desenlace. Además del acierto con los gags, lo mejor es el grupo de personajes que va cruzando y cómo el egoismo y la ambición va haciendo mella en todos ellos. Sólo en algunos momentos cae en el exceso del esperpento o la caricatura, pero son contadas veces. El grupo de actores está encabezado por el enorme Spencer Tracy (en su penúltima película), y unos espléndidos Mickey Rooney, Ethel Merman (el mejor papel de todos, la insoportable suegra), Milton Berle, Sid Caesar, Peter Falk, Buddy Hackett,... Todas las interpretaciones son brillantes, siendo algunas un poco exageradas pero que potencian el carácter de sus personajes. Kramer dirige la batuta con gran estilo y hace que todas las piezas (y son bastantes en el enredo que se arma) se separen y vuelvan a unirse sin despitar al espectador. Por último, destacar la banda sonora de Ernest Gold.
Gran comedia de enredo, un clásico del género.

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