Película de 2015 dirigida por Adam McKay. En 2005 un analista financiero se da cuenta que el mercado hipotecario está a punto de colapsar y ve una oportunidad para apostar por ello con un nuevo producto financiero. Los grandes operadores le aceptan su apuesta ya que nunca ha fallado este mercado, pero algunas personas que escuchan esta novedosa estrategia empiezan a investigar. Irán descubriendo que tiene razón pero irán viendo que, aunque hay indicadores que les dan la razón, no ocurre nada.
Adaptación del libro homónimo de Michael Lewis en el que se describe cómo algunos expertos pudieron predecir el hundimiento global del mercado hipotecario comenzando con ello la peor crisis económica y social que se recuerda, y cómo los grandes bancos y entidades financieras operaban e intentaron taparlo o, al menos, reducir su impacto sobre ellos. Destaca sobre todos la figura de Michael Burry, un médico que dirigía una firma de inversión y que fue el primero en darse cuenta de la burbuja. Para contarnos tan reveladora historia McKay elige un estilo desenfadado, incluso con perspectiva cómica, en la que algunos personajes hasta hablan a la cámara y dan ejemplos sencillos para que los espectadores entiendan los productos financieros. Y es que su mayor riesgo es que no se entienda lo que cuenta pues, como se dice, los bancos utilizan nombres para que nadie entienda sus productos. El estilo es acertado pues concuerda con la "picaresca", por no llamar fraude, de las entidades financieras y el estupor que causa cuando se descubre. Es de la películas más brillantes, entretenidas y reveladoras que se han hecho sobre la crisis e incluso sobre los mercados financieros en general. El reparto funciona a la perfección, todos los actores transmiten una gran credibilidad, con Christian Bale, Steve Carrell, Ryan Gosling y Brad Pitt a la cabeza. Además de la interpretación hay que destacar el guión y dirección de McKay.
Muy buena.
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