Thriller político de 2010 dirigido por Doug Liman. Una agente secreta de la CIA se encuentra investigando meses después del ataque a las torres gemelas de 11/09/2001 la posibilidad de que Iraq tenga armas de destrucción masivas. Incluso la CIA le pide a su esposo, antiguo embajador de países del África, que investigue la posible compra de uranio por Iraq. Todo apunta a que no existen esas armas ni un programa para tenerlas, pero el Gobierno dice que sí y comienza la invasión al país. El marido escribe una carta a un periódico y enseguida el Gobierno desclasifica la identificación de la agente, poniéndola en peligro en el ojo del huracán. Liman nos presenta la historia real de Valerie Plame basándose en su propia autobiografía. Fue todo un escándalo en USA que aún hoy sigue sorprendiendo porque se comprueba cómo se falsificaron las pruebas que se presentaron para justificar la invasión de Iraq y el derrocamiento del régimen de Sadam Hussein. Así, sólo cabe explicar este hecho por los intereses económicos de las grandes corporaciones que hacen lobby en Washington. Por lo tanto, la trama no puede ser más interesante tanto por su importancia como por el hecho de ser tan reciente. La primera parte de la película es un poco liosa y no está bien estructurada, por lo que parece un poco inconexa y sólo consigue desenganchar al espectador. Más tarde empiezan a encajar las piezas y a crecer la intriga. Liman podría haber enfocado el argumento más claramente desde el inicio y haber aportado más en la parte de la defensa de la agente por salvar su honor y hasta su vida. De ahí que el resultado sea bastante decente pero no llegue a más. La pareja protagonista está a un buen nivel, tanto Naomi Watts como Sean Penn, y dan mucha credibilidad a la historia.
Interesante hecho real reciente, mezclando espionaje y política.
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