Sorprendente película de 1994 dirigida por Quentin Tarantino. Dos asesinos a las órdenes de un mafioso tienen que ajustar cuentas con un colaborador en asuntos de drogas. Uno de ellos, además, tiene que salir esa noche con la esposa del jefe mientras éste se ocupa de otros asuntos.
Tras el magnífico debut de Tarantino como director con Reservoir dogs, vuelve a demostrar su talento con esta estupenda cinta de violencia y drogas. Utiliza de nuevo una original estructura narrativa, centrada más en contar pequeños episodios que en la cronología de los hechos. Otra similitud con su ópera prima es la importancia que le concede a la banda sonora, pero en esta ocasión la mejora, pues la selección de temas que realiza es impresionante. Se suceden continuamente excelentes piezas musicales que muchas veces coinciden con unas escenas espectaculares que Tarantino escribió expresamente para ellas. El guión es magnífico, cómo hace ver la rutina que supone para los protagonistas la violencia con que conviven. El reparto también es de enorme calidad, devolviendo a John Tavolta al estrellato y lanzando definitivamente a Samuel L. Jackson, además de contar con interpretaciones muy buenas de Uma Thurman, Harvey Keitel, Tim Roth, Bruce Willis, etc. Su calidad en muchos aspectos es indiscutible, así como la violencia expresa que contiene, lo que la hace no adecuada para muchos espectadores.
Película espléndida aunque dura.
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