Película de 2000 dirigida por Darren Aronofsky. Un joven drogadicto quiere salir de su situación y empieza a vender droga para ahorrar y montar un negocio con su novia. Mientras, su madre se obsesiona con adelgazar para ir a la televisión a hacer su programa favorito. En una de sus escasas visitas, el hijo se queda muy preocupado al ver que su madre toma anfetaminas para perder peso y teme que se enganche.
Aronofsky coescribe y dirige la adaptación de la novela homónima de Hubert Selby Jr. donde se da una visión del duro mundo de las drogas que el mismo autor experimentó debido a su adicción a determinadas drogas que le fueron administrando para tratar los efectos de las cirugías de una tuberculosis. Es una cinta intensa y triste sobre este mundo y que no sólo incluye el efecto de las drogas ilegales sino también de las prescritas por facultativos, lo cual es menos usual. También trata sobre los sueños que mantenemos y por los que luchamos, pero en este caso no con una perspectiva optimista. Destacan varios aspectos pero el más llamativo y que tiene un claro impacto en cómo el espectador recibe la historia es el montaje, Está muy trabajado pues son muchos los planos y escenas que suele combinar teniendo un resultado muy efectista. Cuenta con unas magníficas interpretaciones de sus protagonistas siendo Ellen Burstyn la que ensombrece a todos con su sufrido papel de madre, soñadora y adicta. Le acompañan Jared Leto, Jennifer Connelly y Marlon Wayans entre otros. La banda sonora de Clint Mansell es estupenda y acompaña el ritmo y tono de las historias que va contando. El resultado global es una buena pero dura combinación de historias sobre la adicción a las drogas sean del tipo que sean.
Buena.
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