Película de 2017 dirigida por Martin McDonagh. Tras varios meses sin recibir el más mínimo avance en la investigación de la violación y asesinato de su hija una madre decide utilizar unas vallas publicitarias para intentar presionar a la policía y darle más notoriedad al caso. Esto provoca una corriente en el pueblo en su contra porque se aprecia al jefe de policía pero ella está decidida a seguir adelante.
McDonagh escribe y dirige una de las mejores películas del año, una historia original suya enmarcada en una zona rural de los EE.UU. No deja muy bien a la gente de esta zona que no duda en retratar como paletos y presenta un puñado de personajes muy peculiares y carismáticos. El argumento es un drama duro sobre un asesinato sin resolver, su familia rota y la desesperación de una madre que busca algo de justicia o, tal vez, hasta venganza. No obstante, utiliza una perspectiva cómica para desarrollarlo y son muchos los momentos divertidos. Es bastante original y hasta el desenlace es poco común, pudiendo hasta decepcionar algo y dejar una sensación aún mejor. Además del guión, la dirección y la estupenda ambientación, uno de los pilares más importantes es el trabajo de los actores, empezando por su protagonista, una fantástica Frances McDormand. Tiene un gran magnetismo y transmite perfectamente la ira contenida y, a veces, desatada de una mujer de gran carácter pero desesperada. Le acompañan varios secundarios de altura pero son, sobre todo, Woody Harrelson y, especialmente, Sam Rockwell los que sobresalen. La banda sonora de Carter Burwell llama la atención por las bellas melodía y por su encaje en la historia y entorno.
Muy buena.
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