Película de 1973 dirigida por Fred Zinneman. La organización terrorista francesa OAS intenta asesinar al presidente De Gaulle una y otra vez sin éxito por considerarle un traidor. Se dan cuenta que tienen infiltrados topos y que será imposible cometer un atentado con éxito así que sus dirigentes deciden intentar una nueva estrategia: contratar a un asesino profesional extranjero y que nadie en la organización conozca el plan.
Adaptación de la excelente novela homónima de Frederick Forsyth de la mano del gran Zinnemnan. Hay que reconocer el intento por ser fiel al libro aunque difícilmente se pueda decir que la película está a su mismo nivel, aunque más por mérito de la novela que por defecto de la cinta. Es una historia con un gran magnetismo y que va mostrando en paralelo tanto los pasos del asesino para llevar a cabo su plan como los avances de las autoridades francesas que quieren proteger al presidente. Esta fórmula funciona muy bien para dar intriga y crear una atmósfera muy acertada con gran magnetismo, y ello a pesar de que el ritmo no es frenético. Desde el comienzo hasta el final, con un hábil rodaje y montaje con imágenes reales, el espectador queda enganchado a la pantalla y acaba bastante satisfecho. No se contó con ninguna estrella del momento aunque entre el reparto hay actores reconocidos como Derek Jacobi y Michael Londsdale, aunque el protagonista es Edward Fox.
Buena.
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