Película de 1966 dirigida por el maestro Howard Hawks. Un pistolero a sueldo no llega a aceptar el encargo de un ganadero que quiere comprar los derechos del agua a un granjero porque es amigo del sheriff y no quiere enfrentarse a él, además de descubrir la injusticia que pretende. Meses después se entera que el ganadero contrata a otro pistolero para hacer el trabajo, por lo que acude en ayuda de su amigo.
Adaptación de la novela de Harry Brown pero que parece una versión de la maravillosa Río Bravo del propio Hawks. La trama es muy similar y repite uno de los protagonistas, aunque en esta ocasión tiene una perspectiva más cómica que dramática. Es la penúltima obra del maestro y logra una película magnífica, con personajes extraordinarios, una trama entretenida, un desarrollo vibrante y unas interpretaciones de altura. El argumento es relativamente simple pero Hawks se centra en los personajes, unos héroes de edad ya avanzada pero que no por ello sus valores están en recesión y que no dudan en enfrentarse a unos matones por defender la justicia. El guión de Leigh Brackett es de gran calidad y así lo demuestran algunos diálogos fantásticos, lo que junto a la dirección y las interpretaciones consiguen el gran resultado final. El director vuelve a contar con el gran John Wayne para un papel que borda, acompañándole otra leyenda de Hollywood como Robert Mitchum que también se luce, y con ellos un joven James Caan.
Fantástico western.
No hay comentarios:
Publicar un comentario