Película de 2007 dirigida por Kirsten Sheridan. Tras un breve pero romántico encuentro entre un guitarrista de rock y una violoncelista, tienen que separarse y ella da a luz a un niño que es entregado en adopción mientras le engañan diciendo que ha muerto. Once años después descubre la verdad y buscará a su niño sin saber que él ya ha iniciado la búsqueda de sus padres. El pequeño siente la música y cree que con ella encontrará a sus progenitores.
Bonito aunque excesivamente edulcorado cuento donde un niño prodigio de la música abandona el orfanato para buscar a sus padres. La historia romántica es la clásica donde todo drama es poco y la del niño una en que la esperanza supera todas las dificultades, además de tener unas aptitudes musicales nunca vistas. La parte musical es muy interesante y con piezas muy originales y bellas, la pena es que Sheridan se empeña en dramatizar en exceso la trama cuando es perfectamente predecible. Se podría decir que la idea básica es buena pero está muy mal desarrollada queriendo artificialmente una y otra vez asaltar el alma del espectador, lo cual no ocurre por la forma tan burda en que se hace. El reparto funciona muy bien con actores conocidos como Robin Williams, Keri Russell y Jonathan Rhys Meyers y al "veterano" protagonista infantil Freddie Highmore.
Bonita pero muy empalagosa.
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