Película de 1963 dirigida por Luis G. Berlanga. Un joven enterrador se casa con la hija del verdugo y, para aprovechar una promoción de viviendas para funcionarios, decide sustituir a su suegro en la profesión a pesar de que le repulsa su trabajo. Todo va muy bien porque obtiene todos los beneficios y no tiene que ejecutar a nadie, hasta que un día le llega una citación.
Una de las mejores cintas del cine español cargada de sátira y muy valiente por tratar algunos temas políticamente incorrectos en la época, todo un escándalo con seguridad, además de constituir un alegato contra la pena de muerte. Tiene un espléndido guión del propio Berlanga con Azcona y Flaiano con divertidos momentos, situaciones divertidas y diálogos afilados. También brilla la bella fotografía de Tonino Delli Colli, que deja preciosos retratos de la España de entonces. El gran José Isbert nos deja un personaje entrañable que ha ido asumiendo con frialdad su empleo y tiene una curiosa y distanciada visión del mismo. Igualmente Nino Manfredi realiza una estupenda interpretación como la "víctima" de las circunstancias. Y el último gran pilar es la hábil dirección de Berlanga para tratar temas censurables evitando la censura, dando realismo y humanidad a la historia y personajes, y creando una de las mejores comedias negras que se pueden ver.
Título imprescindible del cine español.
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