Película de 1978 dirigida por Michael Crichton. Para realizar el pago a las tropas militares británicas en la guerra de Crimea, frecuentemente tiene que circular un tren con una caja fuerte repleta de oro. El envío es muy seguro y nunca se ha realizado un robo a un tren en marcha, pero eso no impide a un intrépido rufián planear con paciencia un atraco perfecto. Sin embargo, son muchos los obstáculos que tendrá que vencer para hacerlo realidad.
Cinta escrita y dirigida por Crichton basada en su propia novela sobre un atraco de los llamados imposibles a mediados del siglo XIX e inspirado por un hecho real. El caso es interesante y se contaba con medios para hacer una gran producción, de ahí la estupenda recreación del Londes victoriano, el reparto, etc. Pero en vez de contar la historia utilizando el suspense y la acción como principales vehículos, Crichton opta por utilizar un tono algo cómico y seductor que no es hábil y que, para colmo, resta tensión y credibilidad. Cuenta con detenimiento los preparativos pero pretende resaltar tanto las competencias de los ladrones que sólo consigue lo contrario, dejando de pobres imbéciles al resto de personas y quitando mérito a los primeros. Esto provocó que fuera un fracaso de crítica y público. Tiene un buen trío protagonista aunque le da todo el peso principal a Sean Connery y desaprovecha algo a Donald Sutherland.
Entretenida pero algo decepcionante.
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