jueves, 1 de septiembre de 2011

Un hombre lobo americano en Londres

Película de culto de 1981 dirigida por John Landis. Dos jóvenes americanos empiezan en el norte de Inglaterra un viaje que planean por Europa. Atravesando la campiña acaban en un pueblo donde la gente se comporta de un modo extraño y salen de él andando en plena noche, siendo atacados en las afueras por una extraña bestia. Uno muere y el otro despierta en un hospital, sin recordar nada. Pero empieza a ver a su difunto amigo que le pide que se suicide porque se ha convertido en un hombre lobo.
Landis apostó por una mezcla extraña: una cinta sobre el hombre lobo dirigida a un público joven en la que mezcla terror, humor y algo de erótico. Y la apuesta no le pudo salir mejor puesto que tuvo un enorme éxito y se convirtió en una película "especial", de culto para toda una generación. Sorprendieron dos aspectos: los efectos especiales y el maquillaje. Las transformaciones las rodó con especial cuidado y dedicándole cierto tiempo, siendo las escenas más espectaculares de la película. También fue innovadora al sacar al mito de los páramos y de la época tradicional al corazón del Londres actual. El resultado no deja indiferente a nadie, pues muchos no soportarán la mezcla del licántropo con humor adolescente y a otros le encantará ver a la bestia provocando el terror en Piccadilly. Personalmente disfruto de las escenas comentadas y la mítica de la salida del cine, pero me parece que el sentido del humor que aplica sólo estropea la historia puesto que le quita mucha tensión e intensidad, además de parecerme bastante pueril.
Curiosa revisión del mito del hombre lobo.

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