Película de 2002 dirigida por Phil Alden Robinson. El joven Jack Ryan trabaja en la CIA como analista y experto en Rusia, destacando su conocimiento de algunos de sus dirigentes más influyentes. Tras el fallecimiento del actual presidente comunista se elige como sucesor a uno de los estudiados por Ryan, por lo que es llamado por el director de la CIA para que asesore al gabinete del presidente de los EE.UU. Aunque la preocupación y fuente de discordia en ese momento entre ambos países es la situación en Chechenia, el problema más grave y que no sospechan reside en un terrorista que se ha hecho con una bomba nuclear y que planea explotar en una ciudad americana para que parezca cometido por los rusos y así comenzar una dramática guerra.
Cuarta entrega de las aventuras del héroe creado por Tom Clancy, siendo en esta ocasión una precuela de las anteriores. El argumento vuelve a centrarse en las tensiones entre los EE.UU. y Rusia, con un tercero en discordia que quiere iniciar una guerra nuclear entre ambos países. La trama vuelve a ser compleja y con una buena mezcla de thriller de espionaje y política, que a buen seguro que gusta a los aficionados a este tipo de intrigas. Se centra más en la tensión y drama de la propia investigación y escalado de desconfianza entre ambos países que en las escenas de acción, aunque también tiene varias. El desarrollo de la trama es interesante aunque con algunas lagunas que pueden decepcionar a los que se cuestionen lo que ocurre, por lo que no va más allá del mero entretenimiento. En el reparto destaca el veterano Morgan Freeman que le da mucha solidez a su papel, dejando en esta ocasión el protagonismo a un limitado y justito Ben Affleck. Les acompañan, entre otros, James Cromwell, Alan Bates, Ciaran Hinds, etc.
Entretenida y con una intensa trama de espionaje.
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