Película de 2000 dirigida por Mary Harron. Un joven yuppi de Wall Street vive exclusivamente para cuidarse físicamente y verse con sus amigos de la misma élite que él, gracias a que sus padres son los verdaderos ejecutivos. Siente una extraña pasión por la sangre y los homicidios, por lo que empieza poco a poco a cometerlos hasta que se da cuenta que ya no puede controlarse y se confiesa a su abogado. Pero no le cree.
Adaptación de la controvertida novela homónima de Bret Easton Ellis por su violencia y visión (en especial) de las mujeres. Es un retrato muy satírico de la alta sociedad de Wall Street, completamente deshumanizada y sin el más mínimo valor ético o moral. La cinta transmite y enseña esa violencia para exhibir el comportamiento del trastornado protagonista, por lo que no es recomendable para los espectadores sensibles. No deja a casi nadie indiferente, tanto por el tema como por el hecho de no dejar cerrada la trama, admitiendo varias interpretaciones sobre lo que se ha visto. Sobresale la actuación de un joven Christian Bale que demuestra su capacidad de adaptación a cualquier rol, y le acompañan Willem Dafoe, Josh Lucas, Samantha Matis, Reese Witherspoon, etc. Es interesante por la crítica que supone a ese mundo de altos ejecutivos pijos que, en buena medida, gobiernan el mundo.
Interesante pero dura.
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