Película de 2000 dirigida por Boaz Yakin. En 1971 en el estado de Virgina se obligó a que los institutos integraran a blancos y negros. El consejo escolar de uno de ellos pensó que el deporte rey, el fútbol americano, podía ser un vehículo ejemplar para esa integración así que contrataron a un entrenador negro para liderar el famoso equipo del centro que siempre había sido formado por blancos. La polémica, la inquietud y hasta la violencia se vivía dentro y fuera del equipo, por lo que la situación era más que complicada para el recién llegado entrenador.
Walt Disney quiso llevar la emotiva historia de un equipo de adolescentes a la gran pantalla como recuerdo y homenaje a las personas que lucharon por la integración racial, algo ocurrido hace unos cuarenta años. Sin duda que la productora influyó para que el contenido fuese apto para la mayoría del público, por lo que le eliminó buena parte de la carga dramática y violenta que se vivió. Pero mantuvo y hasta subrayó la emoción de toda la historia así como la convicción y humanidad de los que formaron parte de la misma. Es una bonita historia, una lección moral para todos los espectadores que disfrutarán mucho con ella a pesar de, en general, ser bastante predecible. Las escenas de fútbol están bien rodadas y transmiten la intensidad del juego, aunque no sea lo principal de la película. El reparto funciona muy bien, teniendo a la cabeza el magnífico Denzel Washington y con Will Patton y un jovencísimo Ryan Gosling. Aunque es apta para todos los públicos, está dirigida más a adultos y niños de cierta edad.
Buena, bonita y emocionante.
¡Muy agradable! Es una gran historia que logra entretener pero también deja un buen mensaje que logra cautivar al espectador, una película bastante recomendable. Por cierto me recuerda mucho a Ballers de HBO, una serie que se desarrolla en el mundo del fútbol americano, vale la pena echarle un vistazo.
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