Película de 1995 dirigida por Ron Howard. Tras el enorme éxito que supuso poner el primer hombre en la luna, la Nasa ultima una nueva misión para explorar otra zona de este satélite. A pesar de alguna superstición, no dudan en llamar al cohete Apolo 13 y seleccionan a la tripulación y posibles sustitutos. La primera parte de la misión va bien y casi sin ningún incidente, pero cuando se empiezan a preparar para el alunizaje sufren una pequeña explosión que les hace perder energía y oxígeno. Deben emprender urgentemente la vuelta a la Tierra aunque parece que no llegarán a tiempo.
Howard afrontó el reto de llevar a la pantalla una historia real conocida por todos ya que tuvo durante varios días a buena parte del mundo pendiente de lo que sucedía. Se basa en el libro del propio astronauta Lovell y el escritor Kluger, por lo que los detalles de la misión y el drama son muy reales. La historia es apasionante en unos de esos casos en los que "la realidad supera a la ficción" y Howard capta bastante bien la tensión que se vivió tanto en el espacio como en la sede de la Nasa (sobran algunas escenas para acentuar el drama familiar y otras que elevan hasta el infinito el patriotismo americano de todo el mundo). Tiene una moraleja muy importante y es que no hay que rendirse jamás, que hay que luchar por superar las adversidades por muy duras que sean. Tiene un buen reparto con Tom Hanks, Kevin Bacon, Bill Paxton y Gary Sinise, pero que quedan ensombrecidos por el enorme trabajo del gran Ed Harris. Este actor es conocido por su enorme talento que ha venido demostrando con papeles secundarios y que en esta ocasión vuelve a hacer una interpretación soberbia. Además de ser entretenida para toda la familia, sabe mostrar bastante bien la fragilidad y dificultad de este tipo de misiones espaciales.
Buena y entretenida cinta familiar.
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