Película de 1999 dirigida por Stephen Sommers. Durante una batalla en Egipto un oficial descubre las ruinas de una ciudad perdida donde se supone que hay enterrado mucho oro. Es contratado por un pequeño grupo de arqueólogos que buscan descubrir otros tesoros en dicha ciudad pero también coinciden con un grupo de americanos que buscan el ansiado metal. Ambos se tendrán que enfrentar a unos soldados que dicen proteger la enigmática ciudad porque encierra el espíritu de un malvado ser que no debe ser despertado. Pero los ambiciosos buscadores no les creen.
Sommers, que escribe y dirige, vuelve a llevar a la pantalla el terrorífico mito de la Momia pero de una manera muy distinta al habitual al abordarlo con una perspectiva más de aventuras que desde otro género. Deja a un lado las típicas vendas de la criatura y aprovecha con habilidad las posibilidades técnicas de hoy en día. Consigue un estilo con un aire clásico por un lado pero también con una forma muy fresca por otro gracias a la acertada combinación de humor y aventuras que la convirtieron en un gran éxito. Esto la hace muy entretenida y gusta a toda la familia, aunque no es recomendable para los pequeños porque pueden asustarse con algunas escenas. El reparto encaja perfectamente en sus roles, destacando a Brendan Fraser, Rachel Weisz, John Hannah y Arnold Vosloo. Los efectos especiales son muy buenos y están usados al servicio de la historia.
Muy divertida y bien hecha.
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